Salud, enfermedad y nutrición

La estructura física del cuerpo humano influye en la salud y en la enfermedad, además de en los contextos culturales y sociales. La forma en la que están colocados nuestros órganos, o la distribución que tenemos de nuestra grasa puede incluir o relacionarse con algunas enfermedades. Por ejemplo, la distribución de grasa se relaciona con enfermedades cardiovasculares, o la diabetes. E incluso la forma de nuestros huesos. Por ello, se puede considerar que la morfología (la forma de nuestro cuerpo) tiene relación con la salud, la enfermedad y la percepción sociocultural de ambas.

Mi charla contextualizaría la defensa intestinal desde un punto de vista divulgativo. Nuestro intestino es la fortaleza para salvaguardar al príncipe o a la princesa que llevamos dentro. De esta forma hablaría de que nuestro castillo tiene un foso con moco para atrapar a los perversos patógenos y cómo lo hacen. Además, si esta medida falla (los patógenos tienen muchas herramientas para hacerlo) nuestro castillo (epitelio intestinal) tiene muchos centinelas, encontrándose con componentes del sistema inmune innato que los avistan y avisan a otros componentes inmunitarios.

¿Sabías que las migrañas se pueden relacionar con el consumo de ciertos alimentos como el queso? Aquí entra en juego la histamina, una pequeña molécula con importantes funciones en el organismo, pero que cuando se acumula, puede provocar dolor de cabeza, náuseas, taquicardia o urticaria. Casi un tercio de los quesos comercializados contiene cantidades importantes de histamina, que pueden resultar dañinas o incluso tóxicas para las personas más sensibles. Hablaremos de qué tipos de quesos son y cómo podría evitarse su acumulación para obtener quesos más seguros para toda la población.