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El festival de Pint of Science nació en 2012, en Londres. Desde entonces ha crecido de forma imparable nutriéndose de las investigaciones de su entorno y se ha reproducido ya en 30 países. Lamentablemente en 2020 no pudo celebrarse debido a un pequeño ente en la frontera de lo vivo: el virus Coronavirus SARS-CoV-2. Aún así, Pint of Science no ha muerto, porque si algo hemos aprendido en este último año es que necesitamos más divulgación científica que nunca.

Un momento… La comunidad científica no ha conseguido ponerse de acuerdo aún sobre el estado de los virus: ¿son seres vivos o inertes? ¿A qué lado de la frontera se encuentran? ... Sin embargo Pint of Science nace, crece, se nutre, se reproduce, se relaciona y no ha muerto: NUESTRO PINT OF SCIENCE SÍ ES UN SER VIVO.

Ahondemos un poco más en esta idea. La vida tal y como la conocemos, la de la Tierra, tiene una característica común: está formada por células, unidades morfológicas y funcionales, el cuanto de la vida. ¿Cumple PoS con este requisito? ¡Por supuesto! Son LOS EQUIPOS LOCALES los que organizan el festival en todas y cada de las ciudades participantes. Ellos son las células que han mantenido con vida este maravilloso organismo pluricelular.

En España tenemos nuestra propia criatura, por supuesto. Nació en 2015 con un total de 8 células: Alicante, Barcelona, Madrid, Pamplona, San Sebastián, Santiago, Valencia y Zaragoza. Era pequeña, pero ya estaba viva. Desde entonces no ha dejado de crecer año tras año hasta convertirse en un individuo adulto de 79 células. El sistema nervioso central, el equipo nacional, coordina el funcionamiento básico de los equipos locales. La labor de cada uno de los equipos es fundamental, porque son los que establecen relaciones con los investigadores locales, bares y patrocinadores. Actúan de catalizadores para que se produzca la transferencia de conocimiento desde los centros de investigación a la sociedad en cada localidad.

 

Para que todo esto sea posible, dentro del equipo cada miembro actúa como un orgánulo con una labor específica (o varias) y fundamental. Ningún miembro es imprescindible, ningún miembro es prescindible. Todos son importantes porque ninguno podría actuar sin el otro. El trabajo en equipo, la colaboración, la empatía son propiedades necesarias (aunque no suficientes) para la supervivencia de nuestro ser. Somos una pequeña familia, con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero unidos por una misma pasión: llevar la ciencia a todo el mundo.

El clímax de la historia de nuestro organismo se produce en primavera, a finales de mayo. Todo el trabajo realizado en los meses anteriores se materializa en el programa: los bares en los que se celebrará el festival, las charlas que darán nuestros ponentes y los patrocinadores que han colaborado para que todo sea posible. Pero hay más, se han preparado sorpresas para los descansos: juegos, regalos, magia, humor, música. Un sinfín de maravillas para que el evento sea inolvidable. Y detrás de cada detalle hay horas de trabajo, de organización, de búsqueda, de reuniones, de diseño. Y llega el día. Se ha llamado al público por redes sociales, radio, televisión, agendas culturales y todos los medios a nuestro alcance. El miedo nos corroe: ¿Vendrán? Surgen los problemas de última hora: el equipo de sonido decide fallar, aparece una columna de la nada delante del escenario, el ordenador da un pantallazo azul, el mando de las diapositivas no tiene pilas. Y llega la hora. Los problemas se resuelven, el bar se llena, se apagan las luces, se enciende el micrófono, todo el mundo está impaciente: EMPIEZA EL ESPECTÁCULO.

En 2021 volvemos a la carga, pospondremos lo de vernos en los bares y nos adaptaremos a un nuevo medio, el de las pantallas. Solo temporalmente, para seguir vivos y poder reproducirnos. No estamos dispuestos a perder nuestra adaptación cantinera, así que, en cuanto podamos, volveremos a brindar por la ciencia en los bares. Mientras tanto, brindaremos virtualmente, y hoy, en especial, lo haremos por nosotros: las células, las antiguas y las nuevas. Las que ya han sentido la adrenalina cuando las luces se apagan y se encienden los micros. Y también por las que aún no han podido vivir ese momento: Alcobendas (Madrid), Alcorcón (Madrid), Amposta (Tarragona), Burgos, Elche (Alicante), Jaén, Laguna de Duero (Valladolid), Lugo, Orihuela (Alicante), Pontevedra, Puertollano (Ciudad Real), Sabadell (Barcelona).

Volveremos a los bares, pero mientras tanto:

 ¡NOS VEMOS EN LAS PANTALLAS!

Texto: Patricia Libertad (Redes sociales  - Equipo Local Málaga) 

 

¡Sigue todo el evento y los momentos previos mediante la etiqueta #Pint21ES!

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