¿Sabemos lo que nos rodea?

¿Crees en el amor a primera vista? ¿Estás deseando ser protagonista de un flechazo? ¿Recurres al pachuli para atraer a esa persona que te ha enamorado? Estas dudas e ideas no solo nos surgen a los seres humanos. La química y los olores conforman un sistema de comunicación clave durante la reproducción de numerosas especies del Reino Animal. El poderío de estas señales no conoce límites. El modo en el que se transmiten es un extenso abanico de posibilidades. Y en ocasiones su efecto roza lo políticamente incorrecto. En los asuntos del querer, el tamaño no está claro… Pero la química SÍ importa.

El diseño de las ciudades condiciona la forma en que nos movemos, al favorecer a unos modos de transporte frente a otros. Cada modo de transporte, desde los peatones a los coches, tiene unas características y necesidades distintas, condicionadas por las leyes de la física y por la geometría del espacio urbano, que es muchas veces insuficiente para acoger a todos ellos. Y es precisamente el desajuste entre las necesidades de cada modo de transporte y el espacio disponible lo que permite explicar el incumplimiento de las reglas establecidas por parte de prácticamente todos los tipos de usuarios.

«¿Cuál es la probabilidad de…?».«No compres ese número de lotería, ya tocó el año pasado». A menudo, los humanos no nos paramos a pensar de un modo analítico y matemático las situaciones corrientes conllevando, en muchos casos decisiones equivocadas debido a pensamientos socialmente preestablecidos. En esta presentación lucharemos contra esas situaciones, viajando a través de paradojas probabilísticas y estadísticas que nos podrán hacer vencer en un concurso de televisión, analizar las posibilidades de ganar la lotería o al menos vacilar a nuestros familiares y amigos con cosas que no creerán.