¿Hace la ciencia eterno al arte?

Uno de los factores de riesgo a los que están expuestas las colecciones que conservan los museos es la contaminación ambiental, en especial la derivada de los compuestos orgánicos volátiles, partículas y diferentes microorganismos. El museo de la Sinagoga del Tránsito (Toledo) ha sido pionero en asumir el reto de hacer frente a esa contaminación, recurriendo a científicos especializados, para la caracterización de los niveles de contaminantes de salas y vitrinas. Con esta acción se pretende evitar o paliar el riesgo que supone la contaminación para la conservación de los bienes culturales.

La Sinagoga del Tránsito de Toledo es uno de los edificios más emblemáticos de la Edad Media peninsular. Sus muros han sido testigo de cambios y transformaciones desde su construcción en el siglo XIV hasta hoy. Muchos de estos avatares permanecen todavía escondidos en el discurrir de la Historia. Para arrojar luz sobre estos capítulos ignotos, los paramentos y yeserías de la sinagoga han sido estudiados con metodologías científicas que no habían sido aplicadas al análisis del edificio, permitiendo una lectura e interpretación más holística del mismo.