Los entresijos de la relación entre la sangre y el cerebro

La transfusión de concentrados de hematíes es una intervención terapéutica frecuente. No obstante, actualmente mucho médicos se han adherido al concepto “de anemia permisiva” en los pacientes neurocríticos. Un riesgo de las transfusiones de sangre son las lesiones de almacenamiento que afectan los glóbulos rojos. Mediante el control de calidad de las bolsas de sangre hasta el máximo permitido de almacenamiento (42 días), pudimos describir los cambios bioquímicos y morfológicos producidos. Los resultados indican que la calidad de la sangre transfundida es esencial por la optimización del transporte tisular de oxígeno.

Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) son un fenómeno frecuente e, incluso en determinados casos, los leves pueden dar lugar a lesiones y secuelas. Cuando se sufre un TCE con pérdida de conocimiento hay que hacer un estudio radiológico mediante una tomografía computerizada, a pesar de que esta prueba es negativa en más del 90% de los casos. Nos hace falta una prueba más sencilla y que no irradie al enfermo, de aquí la búsqueda de información a través de una muestra de sangre. Buscar unos biomarcadores específicos nos ayuda a predecir si aquellas personas pueden tener un riesgo de presentar lesiones cerebrales o una mala evolución